El hecho bíblico más común que relacionamos de manera inmediata con los Aceites Esenciales es la unción. En la Biblia lo llega a mencionarse hasta 156 veces, increíble, ¿verdad?…
En el Salmo 23 una de sus líneas dice así:
‘Has ungido con un aceite mi cabeza’.
Fue escrita por un rey, siendo Jesús mismo quien realizó dicha unción. Aunque no se sabe con seguridad el aceite de este verso, pudo haber sido el que los israelitas denominaban como “aceite de la unción sagrada”, una combinación de aceites esenciales (mirra, casia, canela y cálamo) con aceite de oliva como base. (Éxodo 30:23-24).
La primera referencia a los aceites curativos en la Biblia se muestra en el libro del Génesis 37:25 donde se menciona:
…Una caravana que en sus camellos portaban especias, bálsamos y mirra que llevaban a Egipto…
Si traducimos la palabra ungir del hebreo y del griego encontramos las definiciones de ‘cubrir, frotar o untar la cabeza o el cuerpo con aceite’ y en algunos casos, incluso la de ‘verter aceite sobre la cabeza o el cuerpo’.
En nuestros tiempos este antiguo significado ‘de ungir’ se ha perdido.
Otra palabra en hebrero que solía utilizarse con el sentido de “ungir” era masach, que al leerla nos recuerda a nuestra palabra ‘masaje’.
Queda claro por tanto que una verdadera unción bíblica no era solo una simple aplicación de aceite en las manos o poner un pequeño punto de aceite vegetal en una zona del cuerpo. Una unción era mucho más que eso, implicaba una considerable cantidad de aceite vegetal, mayoritariamente de oliva, que contuviera aceites aromáticos o aceites esenciales y que se aplicaba en mediante una frotación a una o varias partes del cuerpo.
Como ejemplo, la cita que dice :
A las mujeres que le ungieron los pies a Jesús masajearon sus pies con aceite y también los besaron.(Lucas 7:36-50; Juan 12:1-8)
Los antiguos sacerdotes y profetas, así como algunos médicos de la Biblia, ungían a las personas con aceites y oraban con ellas por su purificación, por la aceptación de sus faltas y su curación. Utilizando el término “curación” como un término holístico espiritual y no uno médico.
Los Aceites Esenciales en la Biblia
Los aceites curativos a los que hace alusión la Biblia son todo Aceites Esenciales y aromáticos.
Aceites que contienen los fluidos vitales de las plantas, su sangre, su inteligencia y su vibrante energía de vida. Que se les denomina esenciales porque son necesarios para que una planta viva y porque contienen los atributos propios de ellas, los que les aportan esencia y fuerza vital.
Los pueblos de tiempos bíblicos ya usaban los Aceites Esenciales de la misma manera que lo hacemos hoy en día, los inhalaban, los aplicaban sobre el cuerpo y los ingerían.
Sus beneficios se extendían así a cada aspecto del ser, a nivel físico, emocional, mental y espiritual, lo que los antiguos entendían bien. Utilizaban los aceites para mantener el bienestar, realizar curaciones físicas, mejorar el estado espiritual, rendir culto, limpiar emocionalmente e incluso para aprender de sus errores.
‘En la casa del sabio hay aceite y un tesoro precioso’.
Proverbios 21:20
Por todos es conocido el poder sanador de la naturaleza.
Cuando nos encontramos en ella podemos inhalar la fragancia de las flores y los árboles de una manera directa y cercana, permitiendo que las pequeñas moléculas de los Aceites Esenciales que se encuentran en el aire nos invadan brindándonos una experiencia única y terapéutica.
Aunque sean muchas las ocasiones en las que nos olvidamos de ella y su enorme poder, podemos igualmente no renunciar a ella y reproducir nuestro propio oasis y Edén particular, utilizando los Aceites Esenciales puros para aromatizar nuestros hogares o lugares de trabajo.
Y si elijes uno de estos aceites milenarios, tendrás la oportunidad de trasladar y rememorar en tu hogar el momento sagrado de la unción.
Colección aceites bíblicos de Young Living
Esta colección de Aceites Esenciales se vende con la denominación de Colección de aceites de las Sagradas Escrituras u Oils of Ancient Scripture en inglés.
Este pack contiene diez tipos diferentes de aceites en formato de 5 ml:
- Aloes o sándalo real hawaiano: (Juan 19.39) Nicodemo se lo llevo como ofrenda a Jesús. Tiene propiedades afrodisiacas, es muy usado en meditación, y antiguamente para embalsamar. Acompaña un sueño reparador y sirve como apoyo hormonal y del órgano reproductor femenino.
- Cassia (similar a la canela): era un ingrediente usado para la preparación del incienso empleado en los templos (Salmos 45.8). Tiene propiedades que ayudan como estimulante sexual y para fortalecer sistema inmune.
- Cedro: cedros del Líbano, esta madera fue elegida por su resistencia y empleada para construir el templo de Salomón (1 Reyes 4.33). Antiguamente se utilizaba para desinfectar y embalsamar. Con una composición del 98% sesquiterpenos favorece la oxigenación cerebral. Apoya para conseguir un profundo sueño reparador, regenerador de la piel y del cabello.
- Ciprés: de este árbol se extrae también la madera por su excelente resistencia, las puertas de la Basílica de San Pedro son de esta madera y después de 2000 años apenas tienen síntomas del paso del tiempo (Isaías 44.14). Apoya al sistema circulatorio y es un buen acompañante para superar los duelos.
- Frankincense o incienso: aparece en la Biblia hasta en 22 ocasiones, es uno de los aceites más importantes (Cantares 3.6) y suele aparecer como remedio curativo universal. Era costumbre ungir en este aceite a los hijos de reyes y sacerdotes. Se usa en todo tipo de lesiones y desequilibrios digestivos, juega un papel muy importante en el desarrollo de la consciencia y la meditación.
- Hisopo: se utilizaba en prácticas y ceremonias de purificación y limpieza (Salmos 51.7). Los israelitas colgaban matas de hisopo como protección en los dinteles de las puertas. Se suele utilizar hoy día como apoyo emocional para adicciones y malos hábitos su aroma es un apoyo para el sistema respiratorio especialmente en épocas invernales de mayor flujo y congestión.
- Mirra: fue uno de los ingredientes usados en la santa unción, muy valorado por figuras bíblicas como David y Salomón (Proverbios 7:13). Este aceite acompañó a Jesús desde su nacimiento hasta su muerte. La Reina Esther se pasó 6 meses antes de la boda bañándose con él, y los hebreos y pueblos bíblicos lo masticaban como chicle para evitar infecciones de la boca. Hoy día se utiliza como un potente regenerador de la piel, incluso para las más dañadas, y como apoyo para levantar el ánimo.
- Mirto: representaba la pureza, hay estudios sobre sus beneficios hormonales, alivio para sistema respiratorio, útil en heridas y lesiones. De olor herbáceo, se utiliza mucho en los ramos de las novias hoy día.
- Onycha o benjuí: fue uno de los ingredientes del perfume santo que el Señor mandó preparar a Moisés para la salida de las plagas de Egipto (Éxodo 30.34). Olor semejante a vainilla, favorece la relajación, apoyo en los miedos e irritabilidad, cuidado de la piel y el sueño.
- Jara o rosa de Sharon: este aceite era muy usado para aliviar todo tipo de heridas. Actualmente se utiliza en cuidados de pieles grasas y acneicas, ayudándolas a reducir los signos del envejecimiento. Su aroma dulce y cálido induce a una buena práctica meditativa (Cantares 2:1).
Otro aceite que no está aquí incluido pero que es igualmente un tesoro, es el aceite de nardo. María de Betania (hermana de Lázaro) lo utilizó para ungir los pies y cabellos de Jesús y lo hizo por valor de 300 diezmos, la equivalencia al salario de un año en aquella época (Mateo 14:3-8).
Se dije que tiene propiedades para unir los planos corporal y espiritual. Es un aroma fuertemente anclado a la tierra que favorece el arraigo y equilibrio en el sistema nervioso, que aporta calma y refuerza el valor y la paz interior.
Y no hay que olvidar a nuestros queridos Reyes Magos.
Ellos también portaron aceites y esencias como los más preciados regalos de la época. Incienso, mirra y oro para Jesús, el hijo de Dios recién nacido en un humilde portal de Belén…